martes, 13 de marzo de 2012

Capítulo nueve.

Al despertarme un cálido viento me dio en la cara. Me dolía todo, aunque no era raro, si teníamos en cuenta que había dormido en el suelo.
Me levanté lentamente, había varias personas que me miraban, extrañados. Me sentía incómoda, así que cogí mis dos maletitas y me fui de aquel maravilloso parque. Menos mal que era verano que si no me da una hipotermia. Saqué la dirección y el mapa de mi bolsillo, y me dirigí hacia aquella casa, que pronto, o eso esperaba, sería mi hogar.
Caminé mucho, ya que aquella calle, estaba a tres manzanas, y no tenía dinero, ya que en el bolso estaba mi monedero. Y mi móvil. Y mi cámara digital. Mierda. De repente me acordé, que en el bolsillo de mis pitillos llevaba el iPod, menos mal, no lo llevaba en el bolso. Me puse los auriculares, y lo encendí. Puse la música a todo volumen. Sonaba “Up All Night” de One Direction, claro está. Como me gustaban esos cinco chicos, ellos, junto a Vienna y Susan, me hacían sonreír. De repente me acordé, me acordé de porqué me sonaba el nombre de aquel pueblo. Doncaster. Doncaster. Allí nació uno de mis ídolos, uno de mis amores. Louis William Tomlinson nació allí.
-“¿¡PERO COMO NO ME HE DADO CUENTA!?”- me dije a mi misma. Vaya directioner. Bueno, mi memoria de pez lo compensaba. Y entonces empecé a imaginar. ¿Y si me lo encontraba cuando viniera a visitar a su familia? ¿Y si era mi vecino? ¿Y si…?
PLOF! Trompazo contra el suelo, seguida con todas mis cosas delante de mí.
-¡Me cago en todo lo que se menea!-Grité en español.
- Muy fino su vocabulario, señorita. –Me contestaron, para sorpresa mía, en español. Al levantar la vista vi a una chica. Muy guapa. Lo primero que te llamaba la atención era su pelo. Largo, muy largo, y muy, muy, muy rizado. Luego aquellos ojos verdes esmeralda, y aquella sonrisa que te transmitía felicidad.
-Ho-hola. Siento el golpe, ya sabes, es que estaba en mi mundo y…-Intenté disculparme, pero me interrumpió.
-No te preocupes, yo estaba en el mio también. Que alivio una española. Que ganas. Los ingleses son muy refinados, pero son simpáticos.- y empezó a reírse. Estaba loca, pero era buena persona. – Y bueno no nos hemos presentado. Soy Jaqueline, Jaqueline Johnson. ¿Y tú?
-Catherine Winslett.-dije- Tu nombre no es inglés, ni español.
-No, es francés, mi padre es inglés pero mi madre española, y como ninguno quería ponerme un nombre común en ninguno de los dos países, me ponen un francés.-dijo esto poniendo los ojos en blanco. Me reí.-El tuyo tampoco es muy español ¿sabes?
-Ya, es una larga historia.
-Y yo tengo toda la tarde, o sea, que vente para mi casa. Y me cuentas.
De camino a su casa, estuvimos haciendo el tonto, y me enseñó una parte del pueblo. Al llegar, me quedé sorprendida. Su casa era enorme. No, enorme no, lo siguiente. Me encantaba.
-Pasa.- Me dijo.
-Gracias.-dije tímida. Dejé las maletas a un lado.
-Ven sube a mi cuarto.-dijo ella corriendo por las escaleras.
-No corras, que me pierdo.- le dije yo riéndome.
Llegamos a su habitación, traía dos batidos de chocolate en las manos.
-Bueno, cuenta, pero desde el principio.
Entonces se lo conté, todo. Desde mis continuas peleas con mis padres, lo de mi cumpleaños, mis sentimientos hacia Marcos, mi obsesión por One Direction,..
-AAAAAAAAAAAAAAH! Yo también soy directioner.-gritó, dejándome sorda.
-No hace falta que me dejes sorda, que tengo que seguir escuchándolos.
-Bueno, sigue.
Le seguí contando lo del concierto, la carta hacia mis amigas, (en esta parte a Jaqueline se le habían caído unas lagrimas), mi conversación con el inspector Matthew en Shelffield, la llamada de Marcos en el coche, mi visita en la comisaría del pueblo, mi noche en el parque, y mi tropiezo con ella.
-Vaya pedazo de historia.-dijo Jaqueline, con la boca abierta.- Y bueno, sabes quienes son tus padres verdaderos.
-No, ese es el problema, pero me han dado una dirección. Toma.- Le di el papelito, y justo en ese momento, empezó a abrir mucho los ojos y la boca. Notaba como quería decir algo pero no podía, las palabras no salían de su boca. De repente, la cerró de golpe. Me debí de uqedar con una cara de gilipollas impresionante, porque empezó a reírse.
-Hija, creo que eres bipolar. Y esto te lo digo muy en serio. ¿Qué te ha pasado?
-Nada.- Dijo tantranquila, pero me miraba como si de un momento a otro le fuese a dar algo.- Me dan venazos.
-Bueno, yo me voy ya. Gracias por todo. – Dije dirigiéndome hacia la puerta.
-¿Adonde te crees que vas, señorita Winslett?.- Me gritó.-Usted se queda a comer, que por la cara que tiene y lo que me ha contado del bolso, lleva sin comer mucho.
-Oh, no. No quisiera molestar. ¿Y si tus padres no quieren?, yo me voy.- Intenté irme, pero me agarró del brazo.
-No, tú no te vas a ningún lado. Además, mis padres no están, solo está mi hermano.
-No, Jacky, no. En serio, te lo agradezco y todo, pero no quiero ser molestia. Además ¿Y si tu hermano no quiere que una desconocida coma con él?
-Tu no eres una desconocida, eres amiga mía.- Al oír eso una sonrisa se dibujó en mi cara.
- No me conoces. Puedo ser una violadora. O una asesina..- Dije poniendo cara de loca, con los dientes para afuera y los ojos bizcos.
- Hahahahhahahahaahahaha. No vuelvas ha hacer eso. Me matas. –Dijo Jaqueline tirada por el suelo riéndose.-Además, todo asesino tiene su arma particular, ¿Cuál es la tuya?
-La mía es…- dije acercándome más a ella- las cosquillas.- y heché a correr detrás de ella.
Cuando la atrapé, nos caimos las dos en un sillón, y no empezamos ha hacer cosquillas mutuamente. Después de media hora haciendo el mongolo, oímos el ruido de la puerta.
-¿Seguro que a tus padres no les importará que esté aquí?-pregunté.
-Claro que no, vamos. -Y me llevó a donde estaban sus padres.-Mamá, papá, esta es Catherine, se puede quedar a comer, ¿no?
-Claro, hija. Hola Catherine, encantada.- Me dijo la madre de Jaqueline. Tenía los mismos ojos verdes que Jacky, y el mismo pelo rizado. Medió dos besos, al igual que le padre.
- Y yo, no existo, ¿o qué?- dijo una voz detrás de nosotros. Al girarme vi a la persona más hermosa del mundo.
Y entonces, creo, me volví enamorar.


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